Como cambiar tu experiencia cuando viajas
Estamos en época de vacaciones, muchas personas aprovechan para viaja
Cambiar de lugar durante un tiempo aunque sea pequeño es bueno para la salud mental, es como hacer un reset en la cabeza.
Sobre todo cuando el lugar elegido es totalmente diferente a tu entorno habitual, te obliga a salir de la zona de confort y a experimentar… es una aventura.
Encuentras y compartes con personas increíbles, paisajes espectaculares, casas que se mimetizan con la naturaleza, costumbres y comidas diferentes, puertas y ventanas maravillosas, telas, etc.. todo un festival de color.
La mente cabalga libremente, te cuestionas muchas cosas, un momento propicio para soñar, también para hacer realidad algo que venias postergando.
Esto es lo que he descubierto en este viaje, paseando por las mismas calles, diferente hora del día. Comenzaba la mañana, la mayoría de los comercios cerrados todavía, alguno empezaba a regar su trozo de calle, para refrescar y limpiar, el calor ya comenzaba a apretar.
De repente se abre un puerta enorme de dos hojas , invitaba a mirar dentro, a traspasarlo para descubrir un gran espacio cuadrado, abierto al cielo, con una planta superior que bordeaba todo el espacio central rematada con una barandilla preciosa, lleno de puertas maravillosas, cada una de ellas diferente en diseño y color. En el patio central se podrían admirar mesas y sillas que habrán oído miles de historias, alfombras tejidas con los mejores hilos, un auténtico regalo. Se podía mirar tranquila, nadie te atosigaba, era un place mirar cada detalle con calma, descubriendo matices y auténticas joyas. La mirada era tranquila, profunda… cada detalle contaba algo. Se podía decir que mirabas con otros ojos. Personas que aparecían y se incorporaban al espacio, personajes variopintos transformaban cada momento. El resultado unos momentos gratificantes y unas fotografías interesantes.
Nada que ver cuando la calle está en plena ebullición, todos los locales abiertos y los comerciantes acosándote para que compres. Esas enormes puertas pasan desapercibidas y con ellas esos interesantes espacios. La misma calle a diferente hora, otra experiencia.
Es la diferencia entre pasar de puntillas y mirar con atención cada recoveco.
Otro cambio que decidimos hacer, cuando todo el mundo va a los lugares más turísticos y masificados. Nos apetecía cambiar de registro, ir a ver un museo, con ciertas dudas, no sabíamos a ciencia cierta si cumpliría nuestras expectativas. Nos costó encontrar el museo Macaal, apenas había referencias en Internet y el taxista no tenía muy claro donde estaba. Nuestra intuición nos animaba a seguir insistiendo. Por fin llegamos al museo Macaal de arte contemporáneo africano. Increíble, estábamos solos.
La experiencia resultó una delicia, obras de artistas africanos de gran belleza invitaban a pasear entre los diferentes espacios, cuyo objetivo es resaltar la historia de un continente para exhibir su diversidad.
Ya en la puerta de salida, nos esperaba otra sorpresa, nos ofrecen hacer un circuito por el parque que rodea el museo, con esculturas monumentales colocadas de forma estratégica de amplias dimensiones de artistas internacionales. Todo un lujo para los sentidos.
Siempre que vuelvo a Marrakech, descubro un viaje diferente, nada que ver con el anterior, ahí está la magia, la riqueza de un lugar. Quizás mi mente ha cambiado
Jose luis
Magnificamente explicado desde el impulso del corazon……………………..
La brevedad del reencuentro contigo misma es la sintesis de muchas vidas……
Tu puerta, mi ventana, nuestro umbral nos invita al gran viaje interior…
En la brevedad del momento, solo existe un filamento conectado a la creatividad increada, regulgitada como manjar de dioses creadores…
Olga Boo
Si, viajar también te invita a nuestro viaje interior. Gracias.